miércoles, 2 de mayo de 2012

[SITC 2012] Salón Internacional del Turismo de Cataluña

No es la primera vez que asisto, tampoco la segunda, incluso diría que ni siquiera es la tercera. Aún así, cada año vuelvo a mi casa con la sensación de que me queda mucho por saber para poder disfrutarlo al 99'9%.

A mi favor diré que, este año, tras aprender de 'errores' del pasado, fuí mucho más preparada y con ideas más concretas. Ya en un primer momento supe estar atenta a las posibles invitaciones que me ofrecerían, no como otros años. Y es que sigo diciendo que el Salón es CARO (7-9€) para lo que luego nos ofrece.
Por otro lado, y a sabiendas de que uno va a una especie de concentración de agencias de viaje y derivados, tanto I., como S., como yo, íbamos con nuestras mentes equipadas para obtener informaciones de unos paises concretos -ya que estamos en las primeras fases de un viaje que, esperamos, se lleve a cabo-.


¿Primer problema encontrado? Pues que ciertos países se habían 'olvidado' de asistir a la cita. Y no hablo de países que ya de por sí nunca vienen, sino de stands como Polonia.
Año tras año exponiendo y este año decide fallarnos. Y del mismo modo nos encontramos con la República Checa, Austria, Eslovaquia, etc. Y no, no bastaba con un stand de Innsbruck o uno de 'museos de Viena', por amables que fueran los que allí informaban. Se supone que se paga un dinero para salir de allí bien informados, no con un sentimiento de abandono por parte de una embajada, consulado, país, o lo que sea.

Pero no es todo tan negro como lo pinto ni mucho menos, de lo bueno podría hacer un listado bastante interesante. Y es que hay que saber disfrutar de esos pequeños guiños que te alegran la asistencia como la simple amabilidad de los que se encuentran en los stands -desde aquí pedir disculpas por ese 'no.' tan rotundo que le dediqué a la señora que informaba sobre Irlanda-, las risas con ellos aún por el simple hecho de tener un...'algo' en común, que te expliquen el origen de 'Selva Negra', que te confundan varias veces y te acaben pidiendo mapas alemanes, el café fortísimo turco y sus dulces, el chocolate belga, los trajes y bailes típicos de Perú, los postres de Túnez, y un largo etcétera que me he llevado a casa o en bolsa, o en el estómago, o de forma intangible.


Además, hubo un aspecto nuevo que marcó este año: el bloggers meet-up al que asistí, ¡pero a esto le dedicaré un pequeño post próximamente!

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