Como lo prometido es deuda y ya iba tocando, hoy os presento la primera etapa-día de lo que fue nuestro Interrail por tierras polacas. Siceramente, guardo muy buen recuerdo de todos esos días. Tuvimos nuestras aventuras y desventuras, pero incluso de algunas 'cosas malas' guardo buen recuerdo -no diré nada más o estropearé algo bonito que diré en posts próximos-.
Antes de nada, comentar lo mucho que me sorprende que haya tantísima gente que entra a ciertos posts -como por ejemplo los de ayuda en el check-in online de Ryanair y Vueling- y los pocos comentarios que tengo. No es que lo hiciera para tener miles de comentarios, sino para que sirviera de ayuda, pero me choca que no haya NADA -además de que se agradecería algo, ¡sinceramente!-. ¿Quizá hay dificultad o algún impedimento que haga que las personas que me visitan se echen atrás a la hora de comentar? La verdad es que no tengo ni idea, así que seguiré investigando.
El primero de nuestros destinos 'interraileros' fue Posnania ('Posnáh' para los amigos). Es la capital de la provincia de Wielkopolska (Gran Polonia) y se refieren a ella como la ciudad donde nació el Estado polaco. Nosotros antes de ir no le dimos mayor importancia que la de 'hay un aeropuerto allí', pensamiento que seguro más de uno ha tenido ya antes de visitarla.
Estuve trabajando hasta el penúltimo día, y el último lo pude dedicar única y exclusivamente a ultimar todos los preparativos para el viaje. Normalmente me pongo muy nerviosa las horas antes ante la emoción del cambio inminente, pero esta vez sentí que lo tenía todo más controlado que en otras ocasiones. Eso sí, cuando me vi con nuestros billetes de interrail en las manos no podía creerme lo que iba a comenzar. El Interrail siempre había sido un sueño para mi y por fin lo iba a cumplir...¡con sus pros y sus contras!
Para quien no lo sepa, Interrail es el nombre que se le da a un billete de tren para poder viajar por los países europeos que formen parte de la 'Comunidad Interrail'. Aún así, desde su creación en 1972 hasta ahora creo que ha cambiado el significado: me da la sensación de que es algo más que un billete. Y es que, al menos para mí, Interrail es sinónimo de 'viaje especial que debes probar al menos una vez en la vida'. ¡Si no eres muy 'comodón', claro!
Ya en el avión empezó la aventura: no podíamos aterrizar. El piloto hizo una maniobra y lo intentó, pero al ver que la niebla era demasiado espesa -y baja- retomó altura y decidió esperar a que disipase. Fue un momento algo incómodo gracias a las noticias que estaba habiendo en su momento de cierta compañía aérea, pero nos trataron muy bien en todo momento y a cada cambio nos iban avisando. Después de dar unas cuantas vueltas sobre el cielo de Poznan las nubes se fueron a otra parte y al fin bajamos.
Desde el aeropuerto Poznań-Ławica Henryk Wieniawski a la estación central (Poznań Główny) está la línea L. Hay diferentes precios en base a si eres estudiante, menor de 7 años, etc Os lo digo más que nada porque nosotros no teníamos mucha idea y el apañado del conductor pasó a cobrarnos el precio 'más caro'.
Una vez en la estación -la cual está de obras, construyendo la parte nueva- decidimos que lo mejor era reservar los trenes nocturnos que utilizaríamos en nuestro viaje. Y es que el interrail sirve para los trenes, pero en algunos tramos-horarios-líneas hay que hacer una reserva obligatoria, claro está con un añadido extra al precio. Tuvimos suerte de encontrar a una chica que nos atendió súper amabilísima y con una paciencia digna de santo, recogimos nuestra documentación y nos marchamos hacia el apartamento.
Sinceramente, lo que es hacer el camino andando desde la estación al centro es...cansado -supongo que hay que añadir que íbamos cargados-. Incluso si es de noche yo creo que debe dar...algo de miedo. Es una zona por la que hay bastante parque y mucho movimiento de coches, pero gente poquita. Aún así no vimos nada fuera de lo normal, ¡tampoco quiero asustar al personal!
Lo mejor era llegar, dejar las cosas y ver el apartamento -al cual yo al menos le tenía muchas ganas porque prometía un montón cuando hicimos la reserva- y ver la ciudad/comer algo. Total, que vamos con nuestros mapas -muy preparados nosotros- y muy dispuestos a... una puerta cerrada. Fueron unos minutos bastante tontos en los que no sabíamos qué hacer, porque no había timbre ni gente, ni carteles, ni nada. Estuvimos dudando seriamente entre varias opciones hasta que, plaf, fue girarse y a apenas unos metros nos topamos con un cartel que por poco nos come. Que sí, en serio. Allí nos dijeron que todavía no podíamos entrar al apartamento, por lo que nos tocó dejar las cosas en un armario y tras recoger lo necesario para volver tras la hora de comer.
La cosa es que nos encontrábamos paralelos a la calle principal de tiendas de Poznan, así que nos dirígimos a ella dirección a Stary Rynek, la plaza central. Fue una pena haber llegado un domingo a la ciudad y que las cosas estuvieran cerradas, todo parecía tener muy buen precio y lo de los escaparates era tentador desde la calle, aunque supongo que tanto el bolsillo como nuestras espaldas agradecieron que no compráramos nada al final. Finalmente, la antigua plaza del mercado.
O más bien una esquina de ella. Algo que he visto en la mayoría de las plazas polacas es que todas tienen o el Ayuntamiento u otro edificio importante en el centro que te impide ver el otro lado a pesar de seguir estando en el mismo sitio. Aún así, precioso. Sus casitas de colores y de estilos diferentes y con muchos ornamentos, el Ayuntamiento -que alberga el Museo de Historia de la ciudad-, las fuentes representando diferentes dioses mitológicos como Proserpina, Marte, Apolo y Neptuno. Allí abundan los bares y restaurantes, además de los puestecitos de souvenirs, a los que es inevitable echarles una ojeada. También descubrimos que, como parece ser lo habitual en países de la zona, se tenía que pagar por utilizar el baño.
Nuestros estómagos, que también viajaban con nosotros, empezaron a quejarse. Y la verdad es que acabamos cumpliendo sus expectativas. Acabamos nada más y nada menos que en uno de los mejores sitios para comer cosas típicas de la zona: el Chatka Babuni. De estilo acogedor, calentito, aire familiar, muy temático y, lo más importante, con clientes polacos. No quedaba muy alejado de la plaza del mercado, en la calle Wroclavska, 8. Curioseamos la carta, en la parte de los pierogis, que es de lo más típico, y acabamos teniendo que preguntarle a la camarera. Había tal variedad de rellenos para la pasta y salsas para condimentar que era lógico estar en pleno caos. ¡Teníamos ganas de probarlos todos!
Primera sorpresa, el smalek. Un entrante que se basa en manteca de cerdo, combinado con pepinillos fermentados y un poco de pan. Vaya entrantes. Quiero jamón serrano.
Eso sí, mirad que cosa más rica que nos trajeron después. ¡Y qué grandes! Estaban riquísimos, no podéis ir a Polonia y no probarlos. Obligatorio. Os dejo una foto para que veáis el tamaño comparándolo con mis gafas -que no son pequeñas que digamos-.
Tras una 'pequeña' sobremesa de recuerdos, casi dormirnos de lo cansados que estábamos, de las batallitas que habíamos vivido en el avión y de lo bueno que estaba lo que acabábamos de comer, dejamos huella en el libro de visitas y marchamos de camino a nuestro apartamento. Por el camino aprovechamos para pasarnos por el Frederic Chopin Park, que queda detrás del Colegio de los Jesuitas. Hay muchas referencias a Chopin por toda Polonia ¿por qué será? Igual que de otro señor del cual están muy orgullosos y que en unas líneas veréis. Había muy buen ambiente y gente disfrutando del día más bien cálido que hacía.
El apartamento. Oh, el apartamento. Era ikea total--no, esperad. Las escaleras. Oh, las escaleras. Menos mal que somos jóvenes y ágiles, por Dios. ¡Y la madera crujía a cada escalón pisado! Se notaba que estábamos en un edificio viejo. Yo al menos llegué arriba y no podía ni hablar, me estuve un rato recuperando el aire perdido. Eso sí, abrió la puerta y adoptamos el sitio de por vida. Desde ese mismo instante nos arrepentimos de sólo quedarnos una noche allí. El chico que nos había llevado hasta allí nos contó cuatro cosas y se marchó, así que aprovechamos para remolonear un rato y organizarnos para proseguir nuestra visita.
Eso sí, mirad que cosa más rica que nos trajeron después. ¡Y qué grandes! Estaban riquísimos, no podéis ir a Polonia y no probarlos. Obligatorio. Os dejo una foto para que veáis el tamaño comparándolo con mis gafas -que no son pequeñas que digamos-.
Tras una 'pequeña' sobremesa de recuerdos, casi dormirnos de lo cansados que estábamos, de las batallitas que habíamos vivido en el avión y de lo bueno que estaba lo que acabábamos de comer, dejamos huella en el libro de visitas y marchamos de camino a nuestro apartamento. Por el camino aprovechamos para pasarnos por el Frederic Chopin Park, que queda detrás del Colegio de los Jesuitas. Hay muchas referencias a Chopin por toda Polonia ¿por qué será? Igual que de otro señor del cual están muy orgullosos y que en unas líneas veréis. Había muy buen ambiente y gente disfrutando del día más bien cálido que hacía.
El apartamento. Oh, el apartamento. Era ikea total--no, esperad. Las escaleras. Oh, las escaleras. Menos mal que somos jóvenes y ágiles, por Dios. ¡Y la madera crujía a cada escalón pisado! Se notaba que estábamos en un edificio viejo. Yo al menos llegué arriba y no podía ni hablar, me estuve un rato recuperando el aire perdido. Eso sí, abrió la puerta y adoptamos el sitio de por vida. Desde ese mismo instante nos arrepentimos de sólo quedarnos una noche allí. El chico que nos había llevado hasta allí nos contó cuatro cosas y se marchó, así que aprovechamos para remolonear un rato y organizarnos para proseguir nuestra visita.
Nuestra ruta era la Biblioteca -de obras, muy bonita-, aprovechando para disfrutar de la fuente de la plaza Wolności, el Museum Narodowe, la Iglesia de los Franciscanos, algún que otro puticlub... hacia el este hasta llegar al Varta, un afluente del río Oder. La zona próxima al río era un poco de risa, si ya la ciudad de por si tiene edificios bastantes descuidados, pasar por una calle donde parecía que la cosa era aún peor nos hizo medio-plantearnos el cómo sería volver por allí si oscurecía. Cristales rotos en algunas casas, las aceras hechas polvo y cosas así. Y pensar que todo aquel camino que estábamos haciendo formaba parte de la 'Ruta Real-Imperial'...
Y llegamos a Ostrów Tumski -o Isla de la Catedral, o Cathedral Island-. No hay que pensar mucho para saber lo que uno se va a encontrar ahí:
Son las construcciones más antiguas de la ciudad -edificios del siglo XVI-, el primer monumento que vimos dedicado al anterior Papa, Juan Pablo II -que, por cierto, era bastante bonita-, el prebisterio, otro monumento a San Juan Nepomuceno -ya conocido por este blog gracias al viaje a Praga- y la Basílica de San Peter y San Paul, entre otras tantas cosas que el cansancio nos impidió ver. También dicen que fue donde se originó el Estado de Polonia.
Antes de entrar a la Basílica yo diría que delirábamos del mismo agotamiento, porque todavía no entiendo qué motivó tantas fotos en un maldito puente rojo. Eso sí, marcó el punto de inicio a los grandes momentos extraños-pero-normales de nuestro Interrail. Prueba de nuestra locura, para que no os asustéis en posts posteriores:
En pocos lugares religiosos entramos en los que no estuviera dando misa, para qué mentirnos. Y es que los polacos son creyentes hasta las trancas, al menos mucho más que aquí. Y se nota mucho, pero prefiero no entrar en este tipo de temas. La Basílica parece ser un símbolo en la historia polaca, donde se han sucedido varias de las más importantes ceremonias cristianas.
Como empezaba a oscurecer, volvimos sobre nuestros pasos. Aprovechamos para comprar y conocer un poco los productos de los supermercados, ¡que es entretenido y una de las cosas que me gusta hacer cuando viajo! Curiosear, ver precios, tipos de cerveza, panes, postres, tabacos...todo lo diferente, vamos.
Si algo me había apenado aquel día era el haber llegado tarde a la fachada del Ayuntamiento. Todos los días, a las doce del mediodía, aparecen dos cabritos mecánicos que dan la hora -aunque viendo este video parece que no nos perdimos nada del otro mundo, aunque parece gracioso-. Digamos que son la 'mascota-símbolo' de la ciudad, y tienen una historia un poco rara:
"Cuando el maestro Bartłomiej acabó el primer reloj, el alcalde decidió dar una gran cena para inaugurarlo. Pero la cosa no salió muy bien. Un pobre ayudante de cocina con mala suerte quemó toda la carne preparada para el evento. Intentó arreglar el desaguisado con un plato que cocinaría con dos cabritos, pero éstos escaparon de la cocina y empezaron a cornearse en el techo del ayuntamiento. Por suerte para el patoso cocinero, la estampa hizo mucha gracia al alcalde quien le perdonó y pidió al maestro Bartłomie, que colocara en el reloj la figura de los dos cabritos"
¡Pero es que encima sabíamos de la existencia de unas estatuas de bronce de las cabritas y no conseguíamos verlas! Pero llegados al Colegio de los Jesuítas -ahora oficinas municipales, también curioseamos-, en la esquina de una placita... ¡las encontramos!
Justo después de esto un señor nos habló en español:
-Perdonad, ¿sabéis cómo se va a la plaza del centro?
-Sisi, cualquiera de estas calles te lleva. Nosotros vamos hasta allí y subimos, si quieres venir con nosotros...
-Perdonad, ¿sabéis cómo se va a la plaza del centro?
-Sisi, cualquiera de estas calles te lleva. Nosotros vamos hasta allí y subimos, si quieres venir con nosotros...
Total, que yo pensaba que venía con nosotros. Pero de golpe me pregunta que de dónde somos.
-De Barcelona. ¿Tú?
-De Madrid.
Y se fue. Si se despidió ni le escuchamos. Fue raro.
Dimos un paseo por la ciudad de noche para ver el ambiente, en plan relax y con nuestros pies odiándonos, y marchamos a nuestro apartamento a prepararnos para el día siguiente. ¡¡Nos esperaba Wroclaw y estábamos ansiosos!!
A los que me lean les agradeceré un comentario. Desde alguna experiencia, aporte, corrección hasta un simple 'hola, te he leído'. Cualquier cosita me hará ilusión ♥
Espero que a pesar de la extensión del post podáis disfrutarlo y os aporte cosas para un futuro viaje -¡¡cuanto más próximo mejor!! Gracias por leer. Dziękuję~!!
Mi cara en el paso cebra #haztefan xD
ResponderEliminar"aprovechando para disfrutar de (...) algún que otro puticlub..." Esto suena fatal e induce al error xDDDD
Como ya he dicho por Twitter, el montaje de las fotos del puente me ha encantado x'D Lo ¿peor? es saber que faltan un montón por poner xD;;
¡Yo! Yo me lo he leído :D Ya le tenía ganas *^* Y wah, me ha gustado, no sé por qué todo esos problemas de que no te gustaba cómo estaba quedando ¬¬
Esperando Wroclaw y el resto del viaje *_____*
Muy interesante este post, ya tengo ganas de leer los siguientes!
ResponderEliminarOpino como tu, un Interrail es algo que todo el mundo debería hacer en su vida. Espero seguir viendo la evolución del viaje y tu opinión sobre el interrail el los siguientes post, así los novatos que queremos aventurarnos tendremos algo más de información sobre esto xD
Por cierto, me he quedado con la curiosidad de saber cómo se llamaba ese segundo plato que os entregaron en el restaurante (el que comparabas el tamaño con tus gafas) y a qué sabía.
Espero poder leernos pronto, saludos!
Creía que el nombre de la ciudad en español te lo habías inventado, pero al comprobarlo me he quedado alucinando!
ResponderEliminarDel camino de la estación al apartamento, lo que más odié fue el mal pavimento que había y lo incómodo que era llevar la maleta con ruedas por ahí.
Del resto, me impactó el contraste entre las diferentes zonas de la ciudad por el nulo mantenimiento de las fachadas (de camino a la Basílica, había una zona en la que parecía un verdadero ghetto en la que solo faltaba que saliese humo de las alcantarillas y que apareciesen raperos).
Lo de Posnania y los puticlubs creo que da una imagen muy equivocada de Polonia, almenos en nuestro caso porque en el resto de las "etapas" del "Polonia Express" que hicimos, no encontramos ni uno más (almenos que recuerde ahora).
Y sin contar aquella especie de kebab con olor tóxico a un kilómetro a la redonda, ya paro de enumerar los aspectos negativos.
Sin duda, lo mejor de la ciudad es la zona centro, la isla de la catedral y el gran manjar que puedes degustar en el Chatka Babuni (se me hace la boca agua al ver la fotografía de los pierogis al horno!).
Argh, tengo que seguir bajando los links de Yoio y debería hacer limpieza y subir las fotos que hice D:
Por aquí hay otro interesado más con ganas de leer la crónica de la segunda etapa (con estreno del Interrail incluído)!
Buff no encontrasteis mas??? A nosotros en Crackovia nos dieron un monton de flyers de discotecas y de puticlubs, jajaja, en la disco vimos a un tio que las llevaba a Pares, era divertida la situacion, viendo ahi como las magreaba en medio de la pista de baile y alguno le preguntaba o intentaba ligar con ellas.
ResponderEliminarPoznan a mi tmb me gustó pequeñito, acojedor, pero era bonito, tambien fue la primera ciudad polaca que visitamos y se notaba el contraste.
Erika el segundo plato que ponen, las empanadillas esas son los Pierogis esos que Sandra nombraba antes. Estaban muy ricos.
Ale a la espera de nuevas actualizaciones.
@Yoio
ResponderEliminarYa te conté por qué tenía problemas, así que espero que no me pase con los siguientes posts y los haga con más facilidad! Pronto-prontito Breslavia!! ;)
@erika_14
Pues tranquila que iré comentando diferentes aspectos del Interrail. Consejos y consecuencias de lo desconocido!! Y así espero poder ayudarte por si te animas también!
El segundo plato lo comenté un poco más arriba: los Pierogis. ;)
@Toshi
Me encanta tu comentario porque es como un nuevo mini post que complementa lo que he ido diciendo en el mío, así que gracias ;)
Y no recordaba el olor a Kebab, pero si me ayudaste a rememorar el olorcito a madera quemada que había en toda Polonia!
@Sergio
Pues no sé si será porque éramos dos chicos y dos chicas, pero no nos dieron ni un flyer ni nada. Simplemente nos basamos en carteles que íbamos viendo. En otras ciudades pudimos ver alguna cosa suelta, pero nada comparable con Poznan. Gracias! ;)
De tu "Pronto-prontito Breslavia!! ;)" ya hace una semana e____e (xD)
ResponderEliminar@Yoio
ResponderEliminarJo, qué mala!! La verdad es que hace algo más de una semana, pero piensa que he estado/estoy malita y que tengo mucho trabajo!! (mira la hora que es y aún aquí: 3.30 ;__;)
Tengo muchas ganas de poder conseguir pasajes baratos para poder conocer varios países de Europa como Polonia. Ojala que el próximo verano pueda llegar a ir
ResponderEliminarHola te he leído ;) jaja me voy a polonia en agosto 5 días y tengo una pregunta, ¿qué temperatura hace? os veo en las fotos en manga corta asique imagino que calorcito. Otra cosa, podrías orientarme en el tema precios? Cuando os costaron allí comidas y demás? Y por último, son empanadillas eso de la foto? Muchas gracias por escribir tu experiencia, me ha sido muy util!
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